domingo, 4 de febrero de 2018



DomestiKa





















Nadie tiene a nadie después de todo,
Y las cosas
Más que rectilíneas
Resultan al final oblicuas.
Eso pienso
Mientras quitó las agallas al pescado,
Y escucho el zumbido casi insostenible del robot que barre.
Es  mediodía de un febrero inusitado en la ciudad: 
Nieva.
Pienso,
Ahora pienso,
Que las cosas se deben hacer
De una
En una,
Y aunque me aplico a ello,
En serio que me aplico,
En el preciso instante en el que paso mi yema por la agalla del salmonete  
Me asalta la certeza de que no queda pasta
Y voy y apunto
Precipitadamente
En el papel cuadriculado de la lista de la compra
Que sirve también como borrador improvisado
De este poema,
O lo que sea.
Mi cabeza es una locomotora,
Pero estoy segura de que el mundo no valdría nada sin poesía,
Eso súbito e irracional que nos emerge 
Mientras hacemos otras cosas. 

4/2/2018

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